Porqué me gusta la idea de Reverdecer EQUO



Hace unos días escribí un artículo explicando mi visión muy personal de porqué creo que EQUO no debe perder su camino original. Actualmente veo que un grupo reducido de personas en el círculo cercano a Juantxo Uralde con una manera de hacer política que es igual a la de toda la vida, vamos, hay veces que más que EQUO parece un episodio de House Of Cards, cosa que me entristece profundamente ya que el comportarse de esa forma es corromper el corazón de nuestro partido y ya marcarle de muerte. Seguramente no lo hacen de mala fe. Lo más probable es que simplemente no sepan hacer política de otra manera. Después de todo la forma que tienen de hacer política es como se ha hecho siempre, pero es exactamente por eso que a mi no me gusta.


Aquí podéis ver mi razonamiento, espero haberme explicado bien:

Yo soy de esas personas extrañas que entraron en EQUO por su visión de la política y no porque quería llevar la ecología a las instituciones. Parece contradictorio y va contra el mantra que inclusive yo mismo he repetido en campañas electorales. Pero la razón es simple. Aunque entes debéis conocerme un poco mejor para comprenderlo bien.  Vengo de familia chilena que apoyó a Allende y sufrió la represión de Pinochet. Mi padre y mi madre solo tuvieron hermanas por lo cual crecí rodeado de mujeres. Y mujeres fuertes y feministas. Soy de izquierdas, he visto con mis propios ojos la forma de actuar de la extrema derecha en Chile y Argentina y he conocido en Inglaterra con la Thatcher, el neoliberalismo que hundió Nottingham, la ciudad donde me crié y que todavía hoy no ha vuelto a ser lo que era. Por casualidades históricas y familiares no conocí la religión hasta mi adolescencia, pero por decisión propia soy una persona espiritual, aunque totalmente en contra de las religiones. Mi visión de lo que es una persona la he desarrollado basándome en la filosofía, principalmente la del Pensamiento Complejo y en la astronomía (recomiendo buscar en Youtube “Un Pálido Punto Azúl” de Carl Segan). Con todo este bagaje nunca encontré partidos políticos que me representaran. Los de izquierda tradicionales simplemente no eran suficiente. Tenían una marcada visión antropocentrista y en sus estructuras internas, marcadamente machistas. He apoyado, pero no participado en Greenpace desde mis juventud en Inglaterra y su filosofía de que las acciones son más importantes que las palabras, caló en mi profundamente y es en general la forma como actúo. Por último mi experiencia de culturas y países me ha demostrado que somos todas y todos en el planeta, sino muy parecidos, entonces iguales. Países y culturas enteras son utilizados abiertamente para manipular grandes grupos de personas en beneficio de unos pocos. Y se hace simplemente porque es la costumbre y funciona.

Cuando apareció EQUO y vi a un ex Greepeace como Uralde dando el paso a la política me interesé en como un ecologista podría diferenciarse del resto. Participé en la primera reunión de EQUO Cantabria en la Plaza Pombo de Santander y me gustó el tipo de personas que vi. Participé en la campaña electoral del 2011 y he estado participando en la Mesa de Coordinación de QCantabria constantemente desde entonces, aunque por mucho tiempo sin ser miembro oficial ya que rompía la paridad. Los miembros activos de EQUO al principio eran persona activas en los movimientos ecologistas y en la política de Cantabria... Tardé más de un año en comprender lo que decían en las reuniones. Era bastante extraordinario. Entendía todas las palabras, pero las frases no tenían ningún sentido. Casi a los dos años ya había aprendido toda esa jerga institucional y del gremio ecologista y podía participar en las conversaciones. Este aprendizaje me enseñó una cosa muy importante y que me lo recuerdo constantemente cuando doy charlas de energía, política pero sobre todo durante las campañas electorales. Esto es el NO usar esa forma de hablar. Trato siempre de usar un lenguaje que lo pueda entender cualquier persona.

Con el tiempo me dí cuenta que la visión de EQUO de la ecología política y de su propia existencia, no era la misma que tenía Uralde. Para nuestro coportavoz es suficiente el llevar los problemas de ecología puntuales e individuales a las instituciones y en EQUO hay muchas personas que vienen principalmente de ONGs ecologistas, que creen que eso es suficiente y para llegar a eso cualquier cosa vale ya que comparado con eso, el resto no tiene tanta importancia. El EQUO que se diferenció de IU y que hoy se diferencia de Podemos, es un ideal donde siempre se mira la globalidad de todo, la complejidad de la situación. Por lo cual nunca puede dejar de ser horizontal, transparente, feminista y ecologista por igual. Esta manera de ver la política es lo que me hace participar en EQUO ya que lo diferencia del resto. Pero esta forma de ver la política la empecé a ver mucho más reflejada en Rosa que en otros y por eso cuando se formaron los llamados “bandos” (no estoy de acuerdo con el concepto) apoyé abiertamente a Rosa.

Hace poco más de un mes tuve una reunión con Juantxo, Bea y Toñi (compañera de QCantabria)  en Ampuero. Cuando le dije a Uralde que yo no apoyaba su forma de hacer política, si no que poyaba a Rosa, me preguntó porqué. Honestamente, no logré explicarme. O soltaba todo el rollo que acabo de soltaros o trataba de simplificar. Probé con lo último y los tres me miraron como las vacas al tren. Traté de explicar a Juantxo que su forma de hacer política lo único que iba a lograr a medio o largo plazo es que sus victorias se las quedaran otros, pero siendo mercantilizadas y utilizadas para el beneficio de los de siempre. Creo que por lo menos esta parte sí que la entendió Juantxo, que no Bea o Toñi, ya que después caminando hacia un evento organizado por Toñi, me dijo que aunque las victorias pudieran ser mercantilizadas por el sistema, para él era un gran placer y victoria, poder llevar la ecología por primera vez a la política y el congreso de España. Creo que todos estamos de acuerdo de la importancia de eso, pero si esas ideas no se basan en una estructura organizativa y política que sea fuerte y no se corrompa con el tiempo, al final será solo GreenWashing. Un lavado de cara verde. Yo sé que el capitalismo es flexible, moldeable y muy ágil para adaptarse a nuevas realidades por lo cual EQUO y la ecología política debe ser mucho más. Debemos llevar nuestras ideas al congreso, parlamentos y ayuntamientos, pero que sean estas las que cambien la política, el sistema y la cultura. Que cambien la manera en que vemos la realidad. Eso solo se logra cambiando la forma de como se lleva una organización. No podemos. No debemos repetir la forma que se ha hecho política, por mucho que se haya hecho siempre así y que “funcione”. Si lo hacemos, caeremos en el juego de otros con más poder y experiencia, y perderemos.

Por último hay que recordar que muchas cosas se hacen por tradición. La forma de la política de “siempre” viene de la antigua Grecia y del imperio Romano. Culturas jerárquicas, machistas, manipuladoras y agresivas pero altamente admiradas en nuestra cultura y educación. Para muchos esto es como se hacen las cosas porque está demostrado que funciona. Pero en sudamerica, antes de los Incas, existió la Cultura Tiahuanaco. Todavía se está investigando, pero esta cultura duró casi 4.000 años, que es más que el impero Romano, con una política de conquista y expansión basada en el buen ejemplo y respeto. Cuando querían “conquistar” un pueblo vecino, les visitaban y explicaban todas las cosas buenas que ganarían si se anexaban. Por su parte el pueblo Tiahuanaco aceptaba y absorbía la cultura del pueblo anexado, incluyendo los dioses que estos veneraban. Nada de grandes ejércitos, masacres o de imponer ideas. Menciono todo esto para no olvidar que sí han existido alternativas a como se hace la política y han sido alternativas pacifistas y respetuosas que han tenido muchísimo éxito. EQUO y su Reverdecer no está inventado nada nuevo. Lo bonito es que tenemos pruebas de que sí funciona.




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