Coincidencias

El viernes 6, al igual que unas cincuenta y dos personas de Cantabria me levante cerca de las seis de la mañana y me acosté cerca de las cinco de la mañana del día siguiente. Todo esto para viajar a Madrid en un autobús lleno de gente consciente y muy verde para participar en la contramanifestación de la Cumbre del Clima COP25. En mi caso y al igual que unas diez personas más, fui cargado de chapas y banderas, con el grupo de EQUO,  el partido político que representa lo que yo quiero ver gobernando.  Por mi parte aproveché para llevar una bandera chilena como reconocimiento a todas las chilenas y chilenos que están actualmente luchando contra el neoliberalismo de la clase gobernante liderada por Piñera, actual presidente de Chile. Tenía la bandera guardada en un cajón desde hace muchos años. Me la regaló tía Flor, una de las hermanas de mi madre cuando estuvo de visita en España. Un regalo curioso,  que en este momento me vino muy bien.

Una experiencia interesante el caminar con personas venidas de toda España, rodeado de carteles y banderas verdes de EQUO y del Partido Verde Europeo y yo con mi tricolor chilena que llamó mucho la atención a fotógrafos pero también a muchas chilenas y chilenos asistentes a la marcha. Varios de ellos me dijeron que estaban buscando a los ecologistas de Chile pero no los encontraban. Algunos solo querían hacerse una foto con la bandera pero todos me miraban extrañados cuando les hablaba, ya que a pesar de llevar una bandera de Chile, no sonaba como un chileno. Seguramente para ellos era totalmente español.

Esta bandera también me causaba un pequeño problema y era que como me gusta la fotografía, o la sujetaba o hacia fotos, pero las dos cosas a la vez resultaba difícil. Así que cuando quería hacer fotos tenía que dejársela a alguien. En un determinado momento, Dolores me preguntó si quería ir más adelante para ver qué ocurría en la parte delantera. Como estaba algo harto de no moverme ya que la manifestación estaba casi quieta (culpa de Greta que llegó tarde), le dije que sí y así podía aprovechar para hacer unas fotos. Así que salimos los dos por un lado de la Castellana caminado para ver el resto de grupos que montaban cánticos, bailes y performance de todo tipo. Parecía más un carnaval que una manifestación, así que comencé a hacer fotos. Dolores llevaba la bandera azul de EQUO, pero le pedí si podía también llevar la chilena. Me contestó que ningún problema y se puso las dos al hombro. Así que por un lado Dolores parecía llevar una bandera chilena y por el otro una de EQUO.

Estaba yo haciendo fotos y Dolores a mi lado mirando como unos niños gritaban a favor de planeta, cuando de reojo vi a otro fotógrafo justo a nuestro lado haciendo fotos a Dolores ya que desde su lado se veía la bandera chilena. De repente oí un vozarrón llamando a alguien por su nombre y el fotógrafo se giró sorprendido. Por lo visto era a él a quien llamaban y la persona que le llamaba era Monedero, una de las figuras conocidas de Podemos.

“¡Tanto tiempo!” le dijo. “¿Has venido de Chile para hacer fotos a todo esto?” le preguntó moviendo los brazos de lado a lado. “Sí.” le contestó el fotógrafo y sin tener tiempo para decir nada más, Monedero le dijo la ya famosa frase de: “Chile. El país que vio nacer y morir al neoliberalismo.”. En ese momento Monedero vio la bandera chilena que llevaba Dolores y con una gran sonrisa en la cara le dijo al fotógrafo “Mira, mira.” apuntando a Dolores. Pero justo en ese momento Dolores se dio la vuelta para seguir caminando y la bandera de chile por arte de magia se convirtió en una bandera de EQUO. Lo mejor del momento fue ver la cara de Monedero cuando sus acompañantes y el fotógrafo se giraron para ver qué era a lo que estaba apuntando.

Que casualidad más chula pensé cuando caminaba junto a Dolores mas o menos a la altura de Cibeles. No creo mucho en casualidades pero hay momentos que por lo menos hay que disfrutar y vivir plenamente. Bueno según la filosofía Zen hay que vivir todos los momentos plenamente, ya que el presente es lo único que existe. Mientras buscaba otro momento de inmortalizar con la cámara, pensaba que la realidad se impone y también hay que pensar en el futuro y que este muchas veces también es regido por el pasado. Mi  madre, que era budista, me hubiera echado una bronca por mi falta de respeto a la sabiduría ancestral ya que yo, que sé perfectamente lo que es vivir en el momento presente, estaba buscando escusas para literalmente tener la mente dispersa pensando en mi próxima foto o recordando la cara de Monedero cuando sus amigos miraron a donde él les decía y ver una bandera de EQUO, pero justo en ese momento delante nuestro se cruza el Dalai Lama. “¡Mira!” me dice Dolores. “Si, si. Un budista,”, le contesté alucinando. ¿Otra casualidad? ¿O fue que el destino que me dio una buena bofetada por incrédulo? No lo sé, aunque conociendo a las mujeres de mi familia, seguramente fue mi madre la que me dio la bofetada de realidad desde donde sea que esté, pero comunicándose con el Dalai Lama para crear esa casualidad, eso es casi seguro.

Gracias mamá. La bandera también iba por ti.



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